Vergüenza en el Congreso
Aparte de cuestiones de fondo, querÃa también analizar las de forma del debate sobre la tramitación de la propuesta de reforma del estatuto catalán.
Quiero señalar la actitud que durante todo el debate pude ver en el Partido Popular. Daba vergüenza ver a unos señores tan mayores, con un puesto de responsabilidad tan alto, con el deber no sólo de propiciar un debate que estaban entorpeciendo, sino además de dar una imagen de las instituciones españolas, daba vergüenza, digo, verlos jaleando, gritando, intentando callar con su fragor, los argumentos de los demás diputados.
Incontables fueron las llamadas al orden del presidente del congreso. Apunto estuvo de suspender la sesión, lo cuál imagino que hubiera sido el éxito que buscaban.
No sé si me afectan demasiado los tópicos, pero si a alguna fuerza me esperaba un comportamiento tan macarra, era de las del ala más a la izquierda. Sin embargo, las intervenciones de Rajoy fueron escuchadas sin interrupciones.
Muchos no se sorprenderán, debido a cómo de cargados iban los prolegómenos. Pero yo esperaba que una vez encerrados en la solemnidad de la cámara de más alta representatividad de la soberanÃa española, el sentido del deber les harÃa tener un comportamiento honroso. Claro que no es la primera vez que se producen esos barullos, y me temo que no será la última.
En realidad, sà hubo momentos libres de ese molesto follón. Aparte, como he dicho, de las intervenciones del lÃder popular, también pudimos escuchar tranquilos durante las ausencias prolongadas de gran parte del principal grupo de la oposición, incluidos el Sr. Rajoy. Porque además, al parecer estos diputados desconocen también otra de las normas fundamentales de educación, que es quedarse a escuchar al que te ha escuchado a ti.
Asà no se contestó a ninguna de las cuestiones que se habÃa planteado. AsÃ, Rajoy debatió como lo hubiera hecho con una pared.
Con estas actitudes, el Partido Popular demuestra su incapacidad para el debate, debido a que no escucha- sea interrumpiendo, sea desapareciendo- a más que a sà mismo. Y esto en un partido que pretende ser la alternativa al gobierno de la nación son unos comienzos pésimos.