A veces sà traen carbón
Esta mañana los únicos reyes a los que considero legitimidad, han sido fieles a su cita de hoy y han repartido ilusión en tantos hogares españoles. A cambio, sólo hemos tenido que portarnos bien, que en principio no es poco, ya que el año que no lo hagamos, sus majestades sólo nos dejarán carbón.
Pero siendo sinceros, muy mal tiene uno que portarse porque yo siempre he sido un nene bueno (unas veces más que otras), pero por ejemplo mi primo, un hijoputilla de cuidado, tampoco se quedaba nunca sin juguetes. Todo hace pensar, entonces, que el león no es tan fiero como lo pintan, y que el carbón es tan sólo un instrumento más para animarnos o intimidarnos para que seamos buenos.
Y sin embargo, aunque resulte difÃcil de creer, sà hay contadas ocasiones en las que se regala carbón.
Por ejemplo, recuerdo que alguien me contó ciertas navidades en las que los Reyes le agasajaron con el negro mineral. Grandes maldades tuvieron que ocurrir ese año cuando, a pesar de lo cargados que están los niños de subjetividad, el chaval reconoce que lo mereció.
También me acuerdo de algo que ocurrió en mi misma casa. El destinatario fue mi padre, pero los Magos ni siquiera tuvieron la molestia de traer carbón, sino un simple trozo de madera para que él lo fabricara. Esto en una época en la que tus padres son como dioses fue todo un trauma, o lo hubiera sido si el nivel de lo traumático estuviera situado por entonces en los niveles de hoy. Aquel año se pasaron un huevo.
Tampoco va de farol el colega transatlántico de nuestros Reyes. La historia ocurrió este año. Un niño estadounidense querÃa la XBOX 360 como regalo. Pero eso de esperar a Navidad le desesperaba un poco. El chavalÃn, impaciente, lloraba, suplicaba y gritaba a sus padres para tener su regalo en ese mismo momento. Los padres, trataban de infundirle paciencia, y que aguardara con ilusión la llegada de las Navidades.
Un dÃa, el niño pensó que ya habÃa esperado suficiente. Ante la negativa tozuda de sus padres a adelantar el regalo, entró en un estado de rabia profunda, un megapataleo, y destrozó a golpes el estéreo de su padre, valorado en 2000$. Pero Santa Klaus estaba al acecho.
Estas Navidades, el chaval ha encontrado bajo el árbol la caja de la XBOX 360. Ha corrido hasta ella, ansioso por satisfacer su largo deseo. Ha abierto la caja y ha encontrado… carbón. La histeria debió ser de proporciones titánicas.
Este año, el nano ha recibido un regalo que nunca olvidará: una lección que nos enseña qué ocurre cuando confiamos nuestra felicidad a cosas materiales, o bien un rencor profundo hacia sus progenitores que durará al menos hasta que salga la Play Station 4.
Para que no me consideren un cibercrédulo, aviso que la veracidad de esta última historia está rebatida (ver enlaces más abajo), pero aún asà yo tendré mucho cuidado este año que empieza, no vaya a ser que me pase algo parecido. Y si traen carbón, que por lo menos dejen también panceta para una barbacoa.
Enlaces:
Gizmodo ES: No fastidies a tu padre o te quedas sin 360
Dad Replaces Bad Kids 360 with Coal (incluye el anuncio para vender la XBOX y comentarios crÃticos)