La candidatura eterna
Cuando en las noticias veÃa los esfuerzos que la ciudad de Madrid empleaba para intentar conseguir los juegos del 2012 no podÃa evitar pensar ¿y si no nos los dan? ¿Quién responde de esos gastos?
Cierto es que unos juegos pueden ofrecer muchos beneficios comerciales a una ciudad, pero una vez te los deniegan has tirado tu dinero a la basura. “Considéralo una apuesta, arriesgas un dinero a cambio de una posible ganancia” me han contestado. Y yo pregunto: ¿es esa manera de administrar el dinero público? Jugarte tu dinero es cosa tuya, pero ¿está bien jugarse el de los demás?
Sea como sea, Gallardón no se da por vencido y vuelve a la carga para la candidatura 2016. ¿No ha aprendido la lección? ¿Es un jugador empedernido? “Esta vez es la buena, tengo una corazonada”, parece decir. ¿O habrá más motivos?
No hay que olvidar que la candidatura del 2012 (“para que el capital lo goce”, decÃa SMAB) es la mejor excusa que ha tenido el alcalde para tener levantada la ciudad de Madrid. Obras por todas partes. El ladrillo siempre circulando. Estas obras han incrementado notablemente la presión fiscal sobre el madrileño de a pie, más teniendo en cuenta que ante la prohibición del partido de aumentar notablemente los impuestos directos (proporcionales a la renta), o de segundas viviendas, viviendas vacÃas, etc, Gallardontet tiene que financiarlas con impuestos mucho más injustos, como el que ha dado lugar a la llamada “Guerra de los ParquÃmetros”.
Uno de los mecanismos de perpetuación más retorcidos del sistema de 1984 era la Guerra Eterna, que consistÃa en mantener una guerra permanente que justificara el gasto de recursos. La alcaldÃa de Madrid parece que opta por una táctica parecida que haga que el madrileño trague mejor las obras con la ilusión de traerse a los atletas a la villa. Es la Candidatura Eterna.
(Y con esta entrada me estreno como residente en Madrid, y como contribuyente).