¡Mueran los gachupines! (Sensibilidad versus Libertad de Expresión)
Vivimos una época en la que el choque de culturas se hace cada vez más intenso, a un ritmo que casi dirÃa exponencial. La verdad es que reflexionando resulta difÃcil encontrar el equilibrio entre el respeto a los demás y la libertad de expresión. ¿Hasta qué punto somos libres de decir lo que queramos, sin ser censurados o recriminados? ¿Se puede decir que los inmigrantes vienen a robarnos el trabajo? ¿Que son todos unos delincuentes? ¿Que habrÃa que meterlos en cámaras de gas? ¿Dónde poner el lÃmite?
En los periódicos ha saltado la polémica por la fiestas de moros y cristianos. La costumbre de reventar la cabeza de Mahoma es vista con cautela, dado que el horno no parece estar para bollos. Pero, ¿hasta qué punto debemos cambiar nuestras tradiciones por arcaicas sensibilidades? ¿Deben ellos comprender que es sólo una fiesta, o nosotros la necesidad de ser respetuosos?
No he podido evitar acordarme de una vivencia que tuve en el mes escaso que pasé estudiando inglés en Brighton. TenÃa unos amigos mexicanos- lo mejor para practicar el inglés- y llevábamos dÃas planeando celebrar el dÃa de la indepencia de México. Entre las costumbres habÃa una que resultó polémica. Cuando dan las 12 de la noche, empezando realmente el dÃa, se suelen dar una serie de vÃtores, que no recuerdo exacatamente, pero que incluyen el “¡Viva México!” pero también el “¡Mueran los gachupines!”, es decir, los españoles. La discusión estaba en incluir o no la polémica cita.
Sin embargo, las discrepancias son a la inversa de como se podrÃa pensar. Los mexicanos veÃan que ya que celebraban el dÃa con españoles, estaba de más gritar en su contra, y que la fiesta no perderÃa esencia por quitar uno de los vÃtores. Los “gachupines” por otro lado entendÃamos que los gritos tenÃan sentido dentro de una tradición proveniente de un contexto histórico donde eran lógicos, y que no habÃa motivo para que los españoles del siglo XX se sintieran ofendidos.
Aunque la decisión acordada fue que se respetarÃa Ãntegramente la tradición, el mexicano que dio los vÃtores omitió finalmente el grito. Eso no impidió sin embargo que lo pasáramos en grande.
Tras los sucesos que ocurren últimamente, me vuelvo a preguntar hoy, ¿qué decisión hubiera sido más correcta?