Ópticas sobre el “¿Por qué no te callas?”
Asà definen a nuestro monarca. Y yo pensaba que tras los incidentes de la cumbre iberoamericana, estos monárquicos cambiarÃan de opinión. Pero visto el tratamiento que le han dado los medios, parece que es más fácil cambiar la realidad.
Cuando uno ve una opinión tan absurda tan extendida, repetida y consensuada, si todo el mundo ve blanco lo que los propios ojos ven negro, termina por plantearse si está loco.
Lo que yo veo en el famoso vÃdeo es principalmente a tres personas:
a) Un Hugo Chávez faltón y maleducado, como de costumbre, que interrumpe al interlocutor.
b) Un Zapatero que le da una lección planteando, con toda educación y tranquilidad (lo que lo sitúa por encima moralmente) el respeto al que tiene ideas contrarias como piedra angular del entendimiento entre los pueblos. Respeto que dobla su importancia cuando se está hablando de un representante del pueblo arropado por la legitimidad de los votos de los españoles.
c) Un energúmeno que interrumpe señalando con el dedo y vociferando “¿Por qué no te callas?”, invalidando los argumentos de respeto y diálogo dados anteriormente.
Éste es el vÃdeo que yo vi. Pero los medios parecen haber tenido otra percepción. Éstas fueron las personas que ellos vieron:
a) Un Hugo Chávez faltón y maleducado, como de costumbre, que interrumpe al interlocutor, e insulta a nuestro paÃs.
b) Un Zapatero tibio incapaz de defender a España.
c) Un Rey que toma esa labor de la que el presidente es incapaz y responde contundentemente a Hugo con la única respuesta que se merece: “¿Por qué no te callas?”. Con eso está ya dicho todo, ¿para qué perder el tiempo argumentando?
Para mÃ, la actitud del Rey es gravemente irresponsable, coloca en una posición complicada las relaciones con Venezuela, y, ante todo, es irrespetuosa y zafia. Juan Carlos no es nadie para mandar a callar a absolutamente nadie. Aunque no guste, de las cuatro personalidades de Estado involucradas (sin incluimos a Aznar) él es el único que no está legitimado por las urnas, luego para mà es el que está en el escalafón moral inferior. Menos campechanÃa y más elegancia.
Pero para el resto, el Rey ha hecho muy bien. Será entonces que estoy loco. Propongo entonces que a partir de ahora el “¿Por qué no te callas?” sustituya todos los protocolos y teorÃas de diplomacia. Por ejemplo:
a) El rey de Marruecos se enfada por la visita de los monarcas a Ceuta y Melilla. Respuesta: ¿Por qué no te callas?
b) El Chad retiene a varios españoles trabajadores de una aerolÃnea acusándolos de tráfico de menores. Respuesta: ¿Por qué no os calláis?
c) George Bush pide más implicación de la ONU en la ocupación de Iraq: ¿Por qué no te callas?
¡Es genial! ¡Seguro que se arregla todo! Es más, deberÃamos aplicarlo a todos los niveles de la vida:
a) Dejas el coche en doble fila. En lugar de dejar una nota pidiendo que te avisen para apartarlo, le dejas una que ponga “¿Por qué no te callas?”. Él sabrá aplicársela.
b) El casero te pide el alquiler. Contesta: ¿Por qué no te callas?
c) No te pones de acuerdo con alguien sobre a quien le toca la vez en la pescaderÃa. “Oye, ¿Por qué no te callas?”. Y te pones el primero. Con dos cojones.
Lo que es bueno para el Rey no puede ser malo para nosotros. Si los medios tienen razón, el mundo funcionará mucho mejor asÃ.