Problemas de seguridad con los portátiles infantiles
Ayer comenté que querÃa comentar un problema asociado al plan de los portátiles, pero que no me cabÃa.
No es un problema con el concepto en sÃ, por lo que es ajeno al debate de si el Estado debe o puede gastar ese dineral, o si la letra en papel entra y que mis hijos estudien como estudiaron mis abuelos. Se trata más bien de un problema lateral, algo que habrÃa que pulir antes de llevarlo a cabo. Y no, tampoco voy a hablar del sistema operativo.
Se trata de la seguridad, pero entendida en un sentido más tradicional, no informático. Comentaba Zapatero que la idea, excelente a priori, es que el alumno tenga todo lo que necesita en el portátil, y que cuando llegue a casa pueda acabar lo que ha empezado en el colegio.
Como soy una persona poco constante, pasé mucho tiempo en la facultad. Cuando estaba terminando, empezó a generalizarse el uso entre los estudiantes de los portátiles, porque te podÃas conectar a la inalámbrica de la Universidad, y porque asà podÃas trabajar en el mismo entorno en casa y en la escuela (y el cambio de entorno era un quebradero de cabeza para las prácticas).
Pero con los portátiles, empezaron a aparecer problemas. Unos cuantos indeseables comenzaron a rondar los alrededores de la Escuela a la caza del estudiante, sabiendo que casi seguro iban a encontrar un buen botÃn. El robo de los portátiles se convirtió en el pan nuestro de cada dÃa- ante la pasividad de las autoridades.
Por eso, tener a los niños llevando portátiles de aquà para allá puede aumentar el riesgo alrededor de los colegios, sobre todo para aquellos niños que, como yo, iban solos al colegio sin que nadie los dejara o recogiera. Y ya no sólo peligra el portátil, sino cualquier cosa que el niño pudiera llevar e incluso su misma integridad fÃsica.
Es de suponer que si el niño pierde el portátil, el Estado debe reemplazarlo, o el niño quedará atrasado respecto a los demás. Por esto, a la vez puede subir el gasto mucho más de lo previsto, y por otra parte dejamos un suministro ilimitado para los portátiles de contrabando.
También tenemos un riesgo más indirecto: el de fraude. Algunos padres sinvergüenzas pueden no esperar a que sean otros los que hagan el robo, sino denunciarlo y venderlo ellos mismos. ¿Qué padre jugarÃa asà con la educación de sus hijos? Al parecer, muchos. El otro dÃa me contaron de un pueblo donde muchos padres venden los libros de texto que la Junta de AndalucÃa les provee, dejando al chaval sin material de estudio.
Con todo esto, no quiero decir que la idea sea mala, sino que hay que hacerla con la suficiente previsión. Se me ocurren algunas ideas:
1) Los portátiles u ordenadores se quedan en el colegio, no se mueven de un lado para otro. El niño hace su tarea en el colegio, y para las tareas de casa se usan otras herramientas. Una posibilidad serÃa que las herramientas de trabajo de los alumnos fueran online y que se pudiera acceder desde fuera, con su contraseña, al trabajo que lleva hecho, pero eso excluirÃa a los que no tienen equipo o conexión en casa (esto enlaza con la necesidad de acceso universal a Internet).
2) Los portátiles son de gama muy baja. Lo justo y necesario para que el niño haga sus tareas. Además, la carcasa y componentes van marcados como ordenadores educativos. Ambas condiciones harÃan menos apetecibles dichos equipos para los capullos que compran artÃculos robados, últimos responsables de estos robos y agresiones.
¿Y tú? ¿Ya contratas guardaespaldas para tus crÃos?