Tener un troll en un foro es como tener un perro debajo de la mesa: no deja a nadie participar tranquilo.
La solución para que dejen de incordiar se conoce desde hace tiempo en ambos casos: no darle de comer, hasta que el animal entienda que no va a lograr nada.
Pero si alguna vez habéis tenido un perro, y habéis intentado que no caiga en la molesta costumbre de pedir, seguro que conocéis el mayor impedimento que existe: los demás. Ya puedes ser todo lo estricto que quieras, que siempre acabará un amigo, un familiar, o cualquier otro hijo de perra soltándole la comida bajo el mantel. Y todos tus esfuerzos al garete.
Puedes advertÃrselo a todos tus familiares y amigos, puedes incluso implorar por su colaboración, que alguien acabará suministrando la golosina, echando a perder la disciplina seguida con el can. Es más, la probabilidad de que esto sucede aumenta vertiginosamente con el número de comensales, llegando a altas probabilidades con unos cinco comensales o asÃ.
En los foros pasa exactamente igual. La mejor solución es ignorar al troll. Pero basta con que uno solo entre al trapo, para que el troll tenga su bocado y lo tengamos varios dÃas debajo de la mesa. Como ocurre a todos los niveles, si un fin depende de la capacidad para cerrar filas, está prácticamente abocado al fracaso.
AsÃ, los foreros sensatos, no entran en discusión. Después, a la vista de la actitud de los demás, se desgañitan advirtiendo “DON’T FEED THE TROLL”. No sirve tampoco. Las ganas de que sus argumentos no queden rebatidos, y, posiblemente, el orgullo del ingenio mostrado en la respuesta son tentaciones demasiado fuertes incluso para aquellos que son conscientes de la naturaleza troll de su adversario.
El dueño del perro tiene dos opciones: o seguir en sus trece, que posiblemente sea una tarea inútil, ya que el perro no se va a ir de debajo de la mesa, o acabar transigiendo e incluso alimentando tú también al animal, pues no quieres ser el único que no disfrute de su cariño.
En el caso de los trolls, poca gente quiere su cariño, pero en una conversación guiada por ellos, no entrar significa quedarse fuera de la diversión. Al final, muchos de los que advierten, acaban dando aunque sea migajas al troll, que casi siempre sale triunfante.
Es por esto que la estrategia más efectiva, ignorar al sujeto, casi siempre falla.
¿Alternativas? Para muchos, darle una patada al animal conforme se acerca a la mesa, o en el caso del foro, banear a los usuarios molestos. Pero el perro seguirá insistiendo (la comida es un incentivo más poderoso que las patadas) y el troll seguirá encontrando su camino al foro (cambiando de usuario, proxies, etc).