Llevo más de dos años dándole vueltas a escribir sobre el feminismo tal y como yo lo veo. El problema ha sido, aparte de la vagancia que me ha hecho no escribir cuando casi lo he visto claro, que hay tantas cosas que decir y tan variadas que no sabÃa cómo meterle mano. Al final he decidido aplicar el enfoque divide y vencerás y hacerlo a trozos, lo cual garantiza que menos gente se eche atrás antes de empezar (al ver la longitud).
Definiciones
Uno de los problemas al hablar del tema del sexismo es que los términos que se usan inducen a confusión. Por ello antes de empezar me tocará definir qué entiendo por cada uno, para que luego no haya confusiones.
Sexismo: percepciones sociales que atribuyen caracterÃsticas, aptitudes y defectos a cada persona en función de su sexo. También las actitudes que discriminan o favorecen a un sexo, o simplemente lo tratan de otra manera.
Machismo: tipo de sexismo de la sociedad tradicional, en la que el hombre es sujeto activo y visible de la sociedad (trabaja, hace polÃtica, hace arte, …), mientras que la mujer es relegada a un papel pasivo, obediente al hombre y relegado al hogar.
Feminismo: en contra de su etimologÃa, el feminismo no es lo contrario al machismo, pues no supone la preponderancia de la mujer, sino la igualdad entre ambos sexos. Tiene este nombre porque además de unas ideas, es sobretodo un movimiento, que es de liberación y equiparación de la mujer, y que ha sido llevado a cabo principalmente por mujeres.
Hembrismo: es el término propuesto para designar el polo opuesto al machismo: un sexismo en el que la mujer tiene un papel dominante y privilegiado sobre el hombre.
Igualitarismo: o movimiento por la igualdad es lo que me parece que serÃa mejor término para feminismo, y lo usaré alternativamente dependiendo del enfoque de la frase y para evitar repetirme.
Motivación
La razón para escribir estos artÃculos no es, sin embargo, la sociedad que sigue siendo, en un grado menor que anteriormente, machista. De esto se ha escrito mucho y se han hecho muchos logros. No me siento capaz de decir nada nuevo que vaya en esa dirección.
Sin embargo, lo que sà que me resulta peligroso es el rumbo que está tomando el feminismo en los últimos años (diez o más). El feminismo ha librado una lucha que se puede calificar como heroica, porque era una minorÃa contra una mayorÃa (muchas mujeres eran machistas), porque han conseguido muchÃsimo y porque la lucha ha sido dura he incluso tiene mártires. Desgraciadamente desde la gran popularización del feminismo y su reconocimiento mediático (yo lo situarÃa en los 90), están empezando a dominar corrientes que no son ni justas, ni razonables ni beneficiosas. Esto produce el rechazo del feminismo por parte de muchas personas, hombres y mujeres, que no conocen otras corrientes más sensatas.
Con esta serie me quiero oponer, entre muchas otros, al feminismo victimista, al feminismo antimasculino, al feminismo de la diferencia y también al de la uniformidad, al feminismo del lenguaje, al feminismo del ama de casa, al feminismo de la discriminación, al feminismo anti-erotismo, y a muchos otros.
Tantos, que será más fácil empezar definiendo qué entiendo por un feminismo sensato, pero eso será en la próxima entrega, que esto empieza a hacerse largo.
Soy consciente del handicap que supone escribir sobre feminismo siendo hombre, y más si escribo para criticar corrientes que son ampliamente aceptadas por la mayorÃa de las feministas, o al menos las más activas. Sólo pido que, por favor, no se me echen a la yugular, al menos antes de haber leÃdo y razonado lo que digo. Dejadme que aclare que me considero feminista. Pero no por ello trago cualquier cosa que venga bajo ese nombre.
Nos vemos pronto.
Actualización:Sobre el significado de los términos, Campanilla, que ha escrito bastante sobre el tema, publicó un curioso post, que recomiendo.